“Por fin” ahí la tenemos: la Carta Magna que regirá a las/los chilenas/nos por un buen tiempo en adelante. De que su texto será aprobado el 4 de septiembre no cabe duda al momento de escribir; a pesar de los malos agüeros, diatribas y acusaciones al movimiento popular a partir de octubre del 2019, por decir lo menos, de cuanta arrogante derecha sobrevive en nuestro país.
Pero para estas notas el “por fin” viene de mucho antes. Tengo recuerdos de la campaña presidencial del 64, se planteaba ya entonces que la Constitución vigente (de 1925) debía ser reemplazada. Salvador Allende lo propuso constantemente a lo largo de su vida y siendo presidente, pero respetó sus mandatos a la espera de que se cumpliera un requisito esencial, según él, debía ser el pueblo quien lo hiciera. Se ha escrito bastante al respecto y no es el tema que hoy queremos desarrollar, pero es necesario recordar que la nueva Constitución cumple con los postulados Allendistas, especialmente a partir de las manifestaciones a lo largo del país de octubre del 2019.
Desde el 4 de julio, estamos en condiciones de leer y estudiar el texto que se nos ha propuesto y aprobaremos el próximo 4 de septiembre ejerciendo nuestros derechos ciudadanos.
Hoy quisiera referirme a los primeros 10 artículos enfocando los hilos que tejen el contenido y orientación del documento, consciente de que este tipo de análisis casi nunca logran cubrir toda la riqueza del texto analizado: el ser humano y su dignidad aparece en mi lectura como su eje central para definir al Estado como una comunidad armónica, en pleno ejercicio de sus derechos -no a través de consensos de intereses como piensa el Sr. Lagos- sino en torno a ideas y métodos de trabajo para que se cumplan sus requerimientos de bienestar y vida digna consignados en la propuesta de la Convención Constitucional. Lo que compone “un Estado social y democrático de derecho… plurinacional, intercultural, regional y ecológico.” (Artículo 1.1).
El Estado así definido desde un comienzo es necesariamente “solidario”, “democrático”, “inclusivo” y “paritario” (Artículo 1.2). Garantizará los derechos humanos. Sostendrá su soberanía en el pueblo “conformado por diversas naciones” (Artículo 2). En el Chile con esas características “Las personas nacen y permanecen libres, interdependientes e iguales en dignidad y derechos.” (Artículo 4).
La “plurinacionalidad” consignada en el Artículo 1 queda más explícita en el No. 5. A través de éste, se reconoce la convivencia de 11 naciones “preexistentes”. Superando la traba ancestral de superioridad que ha reprimido y masacrado a los indígenas de nuestro continente durante 500 años en nombre de la civilización occidental.
En tono casi imperativo, el artículo 6 promueve una sociedad paritaria estableciendo taxativamente instrucciones a los organismos estatales y otras organizaciones a generar condiciones paritarias de trabajo. Se aduce en ese texto que se trata de “condiciones mínimas para el ejercicio pleno y sustantivo de la democracia…”.
Palabra algo rara en textos políticos que justamente pretenden generar buena convivencia es “armonía”, en lo que vamos viendo hasta ahora, se pretende un “desarrollo armónico” entre las entidades territoriales apelando a la cooperación. (Artículo 7).
Como corresponde al comienzo de una Carta Magna actual y consecuente respecto del entorno en que vivimos, en el Articulo 8 se plantea que: “Las personas y los pueblos son interdependientes con la naturaleza y forman con ella un conjunto inseparable.”
Consecuente con la libertad de pensamiento y la armonía del Estado que el documento propone, la libertad de religión y de las creencias espirituales, respetando y garantizando su libre ejercicio (Artículo 9).
Finalmente, cerramos este intento de aportar el esclarecimiento del texto que nos abrirá el futuro armonioso, el décimo Artículo que queremos destacar hoy se refiere a la familia: reconoce sus diversas formas, atribuyéndole al Estado el guardar por su “dignidad”.
Hemos visto solo 10 artículos del Capítulo I y de los 388 del documento sometido a nuestra visión de sociedad moderna. Lo que entendemos de esos 10 capítulos iniciales es que nos dan la tónica de esta tan necesaria nueva Constitución Política, orientándonos mejor hacia el Apruebo.
Esperamos haber contribuido a que se realice la idea de “voto informado”.
Germán Perotti
12 de julio 2022