Sobre “Huellas… de un Pasado”

Sobre “Huellas… de un Pasado”

Por Germán Perotti

Confirmando que “la Víctor Jara” sobrevive en plena pandemia, el viernes 15 recién pasado asistimos a la presentación de un nuevo libro escrito por un chileno en estos fríos. En el local de la Federación, con el aporte de su Taller Literario y la potente voz de barítono de Pepe Saavedra, una vez más constatamos nuestro ya viejo postulado de que el exilio ha sido y fue creador. Hoy no somos exilio, pero aún quedamos los que fuimos. 

En la ocasión de que hablamos, Lautaro Cotal nos dio a conocer su primera colección de textos cortos que llega a las impresoras titulado: “Huellas… de un pasado”; algunos entre ellos son recuerdos personales, otros son cuentos y más de alguno es un ensayo. En total, 15 escritos no mayores de 10 páginas y un muy culto prólogo por otro antiguo y connotado exiliado: Enrique Durán. 

Lautaro nos informa al comienzo del libro que es profesor de educación primaria, residente en Suecia desde 1985. Modesta forma de presentarse, lo conocemos como dedicado estudioso, poseedor de una gran cultura histórica, recitador y presentador de potente voz; aportando generosa y constantemente a los intentos de nuestra Federación de contribuir a la cultura en la comunidad residente. Tampoco olvidamos sus denuncias escritas para la página de la Federación Nacional Víctor Jara y sus aportes políticos por la democracia, la justicia social y la paz. 

Si nos atenemos al título de la publicación, el concepto “huellas” combinado con el “pasado”, nos remonta al inolvidable Volodia Teitelboim, que escribió sus memorias adelantándonos  que lo hacía “Antes del olvido”. Es de esperar que Lautaro, tal como lo hizo Volodia después de recuperar sus huellas propias, tenga mucho más que aportarnos a futuro. 

Todo nuevo libro amerita un comentario literario, pero no me las voy a dar de experto o crítico en la materia. Me atrevo en todo caso a tratar de incentivar la lectura de las huellas que va dejando la vida de Lautaro, y solo recomendarles a sus lectores que distingan los contenidos como he propuesto al comienzo entre: “recuerdos personales”, “cuentos” y “ensayos”. Espero que Lautaro esté de acuerdo, pero pienso que esa es una buena manera de asimilar su propuesta literaria, dado que los recuerdos apuntan a experiencias del individuo, los cuentos hablan de la imaginación del autor y los ensayos de su acerada convicción política. 

Como en todo intento clasificador, encuentro el correspondiente elemento que no cuaja y me veo inclinado a anticiparle a los lectores del libro que hay un poeta escondido en el autor cuya primera publicación comentamos. Y digo escondido porque, a excepción del verdadero poema “Canción de las premoniciones” (pág. 49) -que nos rememora el Canto General de Pablo Neruda- es necesario prestar atención al contenido en la prosa de Lautaro, pienso que muestra una semi reprimida sensibilidad, anunciando un trasfondo poético. 

Conocemos la alergia a la lectura de nuestra comunidad, es halagüeño que todavía queden valientes que se exponen a ese vacío. Debemos perseverar en los intentos. No es verdad que la letra entra a golpes, entra por la perseverancia, hasta que se despierta la curiosidad y se abre el mundo de la creación del mal llamado “consumidor de cultura”, ya que es éste la cultura misma. 

Germán Perotti 

Estocolmo; 24 de octubre, 2021   

  Categories: