¿Son demócratas o falsarios?

¿Son demócratas o falsarios?

Lautaro Cotal Rojas

Republicanos es el nuevo nombre que la ultraderecha chilena ha dado a su
“nuevo partido”. Se autodenominan republicanos al mismo tiempo que
ensoberbecidos por sus últimos triunfos electorales intentan lavar la imagen
del dictador Pinochet a quien apoyaron en su dictadura, pero ocultando que
han eludido la responsabilidad por los crímenes y robos cometidos en aquel
período. No pasa desapercibido que sólo uniformados y un mínimo ha pagado
las consecuencias de sus crímenes. Los civiles que robaron y se enriquecieron
gozan de las fortunas mal habidas de aquella siniestra época y hasta el
momento nada han devuelto.

Lidera “Republicanos” José Kast ex diputado UDI, partido formado para
defender el legado de la dictadura a quien él llama gobierno militar y su obra
fundadora. De este ciudadano sabemos que pertenece a una numerosa familia
cuyos padres emigraron desde Alemania a Chile con posterioridad a la derrota
del nacismo en la segunda guerra mundial. Sabemos que su padre, miembro
del derrotado ejército nazi, llegó a nuestra patria y en muy poco tiempo pudo
adquirir terreno en la afueras de Santiago y traer luego de dos o tres años a su
esposa y emprender un negocio bastante lucrativo que le permitió educar a su
numerosa descendencia en internados privados y universidades.

¿Cómo financió su viaje y cuánto dinero tuvo para viajar y adquirir tierras? No
se sabe. Sí se conoce que los judíos a quienes ese sistema perseguía fueron
perseguidos y sus riquezas apropiadas inclusive hasta los dientes de oro de sus
víctimas. Sabemos también que miles de trabajadores chilenos por más
esfuerzo que hacen no logran salir de su estado de pobreza ni menos alcanzar
los niveles de fortuna de esta familia. Tampoco se conoce que los chilenos que
emigraron como producto de esa dictadura, hayan logrado niveles de fortuna
igualables a los que alcanzó la familia de este militar derrotado en ningún país
de acogida.

Don José Kast quiere ser presidente de Chile. Nos propone una política de bien
común pero basado en fundamentos muy religiosos: ¡Soy un defensor de la
vida de principio a fin! Señala con fuerza, pero niega a la mujer el derecho a
decidir sobre su propio cuerpo. Su esposa ha pasado diez años de su vida en
estado de embarazo. La desaparición de miles de compatriotas asesinados los
reconoce como faltas de algunos subordinados, no como crímenes de estado y
los compensa por un hipotético desarrollo del país. Lo cierto es que no
tenemos industrias significativas y nuestro desarrollo es solo el de un mínimo
de la población.

Pero en todo esto surge una pregunta simple que nos daría una visión más
clara de lo que nos propone este señor y a partir de una cosa tan importante
como es la existencia diaria de un trabajador común: ¿Cuáles deben ser los
sueldos mínimos que permitan a este una vida digna?

Esto a partir de la experiencia de vida de él y su familia. Una vida de éxito en el
extranjero, (me refiero a sus progenitores) desarrollo empresarial, educación
de hijos en colegios privados e internados caros (fueron diez hermanos, creo)
educación universitaria y éxito comercial.

Una pregunta: ¿Sucedió lo mismo con alguno de sus trabajadores?, ¿pudieron
estos educar a sus hijos, no digo en internados, pero en condiciones que
permitan mínimos de igualdad de derechos?, ¿recibieron estos trabajadores
sueldos que les permitieran una vida tranquila de acuerdo con sus esfuerzos de
trabajo?

Todo esto es una incógnita cuando se le escucha hablar de “sentido común”
como criterio básico de un actuar político. ¿Qué sentido común? ¿El suyo
propio o el de la mayoría de la población? ¿El del religioso fanático o el del
agnóstico o del ateo?

Además, no puede ignorarse que perteneció a un partido cuyo objetivo era
defender el legado de la más horrible dictadura que ha tenido Chile en toda su
historia. Un partido que, al igual que en épocas medievales pretendió negar la
existencia de un pensamiento filosófico como es el marxismo. Y no solo eso, ha
renunciado a este para luego fundar otro llamado republicano donde florecen
tipos que dicen defender el derecho a la vida pero que justifican como un mal
menor la desaparición de miles de compatriotas en dictadura.

Con esta base de pensamiento la desaparición de miles de chilenos, la tortura
infringida a quienes sustentaban al gobierno caído, el traslado de poblaciones a
las afueras de la ciudad, la quema de libros, el robo a las empresas del Estado,
el golpe de estado y muchas otras atrocidades pasan a ser un pelo de la cola en
el devenir histórico de nuestro país y lo más grosero: pasar por alto el hecho
que el dictador resultó ser un ladrón y a partir de él quienes llegaron al mando
del ejército han todos, con excepción de quien ejerce actualmente el cargo,
utilizado el cargo para enriquecimiento ilícito.

¿No es digno de preguntarse qué pretende este señor y su partido para el Chile
del Futuro? ¿Son demócratas o falsarios?

Lautaro Cotal Rojas

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