Falta poco tiempo para que se cumpla medio siglo de la diáspora chilena iniciada en 1973 por ladictadura y continuada bajo la democracia amarrada. Entre esos migrantes, el exilio en Suecia tuvo yhay aún, una buena cantidad de gente de teatro. Tienen su propia y rica historia ya escrita queconocemos por la publicación de Archivo y Biblioteca Chile en Suecia del 2012 “Sobre teatro yexilios”, de Enrique Durán y varios autores. Es una historia de inmenso esfuerzo, búsqueda,confrontaciones, solidaridad e inesperados éxitos; comienza a pocos meses del golpe. Escarbando enviejos apuntes, me encuentro con que ya en 1974 se iniciaron los intentos de generar actuaciones yorganizar los grupos, configurando proyectos para trabajar en conjunto con el fin de aportar almovimiento solidario con su contenido mayor: la cultura.Recomiendo la lectura de ese libro, sirve para reconocer el esfuerzo de lo que llamamos exiliocreador y puede despertar interés por estudiar el tema, profundizando en lo ya conocido al tiempode rescatar lo hecho en los casi 10 años transcurridos desde esa publicación hasta hoy, actividad queamerita completar la historia. Planteo esto por lo ocurrido el viernes 5 de noviembre recién pasado,que más allá del éxito y su calidad es un admirable ejemplo de perseverancia.Ese viernes 5, con la “casa de Víctor Jara” casi repleta, “ANAILI” -seudónimo de la inolvidable actrizMarta Álvarez- grupo de “teatreros” de larga trayectoria acá, junto con rendirle homenaje a ella, nosentregó la poco conocida obra del gran dramaturgo chileno Jorge Díaz: “Razón de ser”.¡todavía hay teatro chileno en Suecia!Bajo la dirección y el cultrún de Florencio Urbano, Jaime Gatica, durante 45 tensos minutos, en elmayor silencio jamás escuchado en el local de la Federación, representó el devenir de un hijo quebusca venganza por la muerte en tortura de su padre. Magistral prueba de memoria y expresión,premiada por el respeto de los oyentes y su total comprensión del contenido tan bien comunicado.¡todavía hay teatro chileno en Suecia… y del bueno!Esta vez, trajo una joyita artística en contenido y representación. Quisiéramos que se pudiera repetiry que saliera de Estocolmo, realizando así, por fin, el objetivo de nuestra Federación Víctor Jara:aportar al desarrollo de la comunidad.Como es costumbre, la Federación Víctor Jara busca abrir debate sobre las manifestaciones culturalesque organiza buscando conocer el impacto de lo entregado. En la ocasión que comentamos, bajo lacorrecta dirección de Florencio, se sintió en el aire la presencia de un interesante pero delicado tema:la muerte como castigo, crimen o venganza. Cuestión muy debatida mundialmente y entre nosotrosdurante todos los 48 años transcurridos desde el alevoso crimen de Salvador Allende.Desgraciadamente el debate e intercambio del aporte cultural del texto de Sergio Díaz y de ANAILIquedó trunco, el tiempo y la poca costumbre de hablar en público lo dejó en el aire. Mayor razónpara pedir que se repita la presentación y se difunda.Germán Perotti9 de noviembre, 2021