No recuerdo año en dictadura en que Chile haya estado tan presente en los medios suecoscomo lo ha hecho este 2021. Puede ser que sea injusto, Suecia fue uno de los países en quela solidaridad no perdió ritmo hasta que Pinochet salió de la Moneda. Y debo admitirademás que me baso solo en los medios a los que recurro diariamente: el Dagens Nyheter(Noticias del Día -DN en adelante) y la televisión, sin pronunciarme acerca de su escasez denoticias sobre la actual situación política allí. Lo que me interesa en esta nota es destacarhechos de los que puede ser que pocos chilenos residentes se hayan percatado y menos los“del interior”.Vamos entonces a la razón de esta nota:– Prácticamente a inicios del año, el 20 de febrero, comienza la serie del DN sobre lasadopciones de niños en Suecia, entre ellos, más de dos mil chilenitos entre 1974 y1991, en plena dictadura. Al menos 3 reportajes de tres o más páginas, ricamenteilustradas, publicados desde entonces hasta el reciente 28 de octubre: ocho mesesde cobertura; la TV, por su parte, entregó en el camino dos acuciosos documentalescon una hora de testimonios sobre la materia. Resulta que la acción humanitaria eraun negociado de la dictadura que, se sostiene, fue un intento pinochetista de mejorarlas desmejoradas relaciones entre ambos países. Macabra forma de hacerlo,robándole a las madres los hijos al parir. Es un proceso inconcluso, Suecia ha abiertoun sumario que debe dar luces sobre el accionar de instituciones y personas,incluyendo al actual presidente del conservador partido Moderata. ¡¡Escabroso temaque amerita una nota especial y seguimiento!!– Más adelante, el 14 de marzo DN, en una nota cultural, el periodista Martin Nyströmse refiere a un cabaré en el año nuevo 73/74 del Teatro Nacional en Gotemburgo: enmedio de una alegre escena se apagan las luces y aparecen militares amenazando alpúblico acompañados por una voz que pregunta “¿Esto no puede ocurrir entrenosotros… o?”, una marcada referencia a lo ocurrido en Chile. Es su introducción alcomentar una nueva versión de la sinfonía No12, de Allan Pettersson -admiradocompositor clásico sueco del siglo pasado- compuesta en 1974. Ocurre que la obra esun homenaje a los caídos en la masacre de la Plaza Bulnes en 1946 basado en elCanto General de Pablo Neruda. ¡¡Temprana solidaridad… casi ignorada!!– En 24 de mayo, también en DN, leemos la nota que comenta el nuevo libro de laconocida escritora Ann-Marie Ljungren “Ni de döda och försvunna” (“Vosotros, losmuertos y desaparecidos” -mi traducción). Según el periodista, la autora intentadesmadejar (¿explicarse?) los acontecimientos en Chile en torno al golpe del 73.¡¡Gran sorpresa después de 48 años -he encargado el libro, ya lo comentaremos!!– En fecha ya olvidada, un pequeño recuadro del DN nos relata que Mauricio Rojas estáde vuelta en Suecia. Un verdadero corcho pienso, flota en todas las aguas. Viene aapoyar al partido Liberal -que perdería sus escaños en el Parlamento si las elecciones fueran ahora- aconsejando a su viejo partido en materias relacionadas con lamigración. Más tarde, el periodista Erik Helmerson en el mismo DN, escribe el 25 deagosto dos tercios de página con una gran foto del dictador en tenida de gala,transformando el retorno en gran noticia. Encabeza su artículo, en todo caso,planteando que ningún liberal puede doblarse ante los dictadores y que Rojas debepronunciarse sobre Pinochet. Pero, como si eso fuera poco, otro periodista del DN lededica al ministro de cultura relámpago, en la revista semanal del sábado 8 deoctubre recién pasado, una portada a todo color y 9 páginas presentándolo comoestrella de cine. Me quedo por ahora con el subtítulo de esa portada: “Mauricio Rojasestá de vuelta: mi rol ya no es el de ser provocador” ¿Qué les parece? Bastante paracomentar. ¡¡Ayúdenme, mi chilenismo no me da para explicar vástagos de mi patriacomo Pinochet y este corcho flotante!!Está por verse qué reacciones provocan las elecciones de presidente y parlamentarias detres semanas más. Pero por ahora valga la impresión de que Chile “está en el mapamundial”.Termino lamentando que este pesado 2021 de pandemia y saltos políticos se ha llevadoa dos entrañables amigos de Chile: Peter Curman, poeta y crítico literario que siendopresidente del “Författar Centrum” abrió su organización en los años 70 y nos diovaliosos consejos sobre la cultura sueca y Lyl Terzelius, admirada gran actriz de teatro,que nunca nos negó su voz recitando a Neruda en los actos de esos tiempos.Germán PerottiNoviembre 1, 2021