Miercoles 17 de Abril del 2024
“Cuando niña, aprendiendo de nuestra historia patria, se me grabó el gesto del Almirante Miguel Grau, al devolver a la viuda de nuestro héroe Arturo Prat, sus cartas y pertenencias. Qué nobleza, y era el enemigo. ¿Por qué a nosotros no nos devuelven los huesos de nuestros amados, chilenos que fueron masacrados por otros chilenos? Le aseguro que el país avanzaría por el camino del honor, la grandeza y la recuperación de su salud mental. Me niego, como ciudadana de este país, a que tanto crimen siga en la impunidad, a que nuestro dolor siga ignorándose y se nos niegue lo más elemental: Verdad y Justicia, nada más, pero nada menos. En Santiago, a 19 días del mes de abril de 2007, a tres días de cumplirse el 31 aniversario de la detención y desaparición de los míos”.
La cita con que comenzamos esta nota proviene de una carta enviada por la recientemente fallecida Ana González de Recabarren el 2007 al entonces Comandante en Jefe del Ejército: general Juan Emilio Cheyre.
Aprecien en la cita inicial los/as lectores/as el calibre de la mujer que, con 93 años de lucha y sufrimientos, se fue de la vida el 26 de octubre recién pasado. Primero: un recordatorio al militar -comprometido en la tortura, además- acerca de lo que debe ser la “nobleza” (tan olvidada por nuestros oficiales de este último medio siglo). Segundo: un planteamiento correcto, que refleja una convicción ideológica consolidada, planteándole al general el camino para retomar “el honor, la grandeza… y la salud mental”. Tercero: un claro reclamo por la negación de un derecho ciudadano: verdad y justicia. Y cuarto: solo al final lo personal: “a 19 días del mes de abril de 2007, a tres días de cumplirse el 31 aniversario de la detención y desaparición de los míos”. Todo en uno de las más correctas y profundas 138 palabras reunidas en un solo párrafo mostrando su grandeza.
En algunos escritos se la denomina “La Pasionaria chilena”, refiriéndose a la legendaria combatiente comunista que enfrentó la represión y el fascismo en España de los años 30. La intensidad, lo correcto, el coraje, el humanismo profundo de ambas mujeres, justifican la comparación.
A 13.000 km. de distancia y sólo a 7 días del fallecimiento de Ana González, la izquierda chilena residente se reunió con algunos familiares de Ana en el local de la Federación Nacional Víctor Jara. Fue un acto emotivo. Concurrido, reuniendo a más de una generación. La tecnología moderna hizo que el recuerdo de la luchadora deviniera en presencia; dos formidables corto metrajes la trajeron delante de nosotros con su carisma, su sonrisa y buen humor. Los familiares: su nieto Luis Emilio Recabarren -fuerte coincidencia- y Olinda Mena, trajeron el amor familiar y levantaron el ánimo de seguir luchando a la manera de Ana y su generosidad. Viviana Foessel saludó el acto a nombre del Partido Socialista y mencionando a la Coordinadora de Organizaciones Chilenas (COCH), nos hizo presente que una manera de avanzar en los propósitos por los que Ana González luchó es “votar” en las elecciones. Dániza Flores nos repasó la vida de Ana presentando un recordatorio del Coordinador Suecia del Partido Comunista de Chile. No faltaron las expresiones de nuestra cultura literaria y musical con sentidas intervenciones poéticas y correcta elección de repertorio.
“Un recuerdo que debe perdurar” fue el encabezamiento de estas palabras -escasas para lo que el tema merece- porque la modesta, carismática y valiente Ana González de Recabarren es parte central de la base con que Chile continuará luchando para ser un país digno y justo.
Germán Perotti
4 de noviembre, 2018
Federación Nacional Victor Jara - Estocolmo, Suecia
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