Ante llamado a acuerdo dijo que en el gobierno “siguen creyendo en diálogo encapsulado, excluyente”. Indicó que es “una manipulación” decir que no se hubo propuestas.

Hugo Guzmán. Periodista. 27/05/2020Piñera “ante su terquedad, su soberbia, quiere involucrar al conjunto o a una parte de la oposición en un acuerdo, sin consentir cambios sustantivos”.

“Un llamamiento demagógico, oportunista, que tampoco presenta soluciones…No llama al mundo social”.

“Es un recurso socorrido de manipulación para eludir la responsabilidad propia que le cabe al gobierno y a la derecha”.

“La respuesta del gobierno es que los comunistas no hacen propuestas. Esa es una falsedad absoluta…”

Lautaro Carmona, secretario general del Partido Comunista, en entrevista con ElSiglo.cl se metió a fondo en el debate por el “acuerdo nacional” planteado por el Presidente Sebastián Piñera, expuso razones que hay desde su colectividad para no creer en eso y desmintió que los comunistas no hayan sido constructivos presentando propuestas ante la crisis sanitaria y social.

¿Cuál es su opinión de la insistencia del Presidente Sebastián Piñera de tratar de llegar a un acuerdo entre el oficialismo y la oposición?

La primera razón es que se da cuenta del fracaso absoluto de las políticas de salud pública impulsadas con un gran activismo de parte de él y de (Jaime) Mañalich y que trajo como consecuencia que, desde el punto de vista porcentual, Chile es hoy uno de los países más afectados por la pandemia del coronavirus. Ante su terquedad, su soberbia, su pretensión de usar abusivamente de la crisis sanitaria que afecta a los sectores más pobres del país, quiere involucrar al conjunto o a una parte de la oposición en un acuerdo, pero sin consentir cambios sustantivos en sus políticas. Esa es una razón primera, de fondo, que aconseja a Piñera a hacer un llamamiento demagógico, oportunista, que tampoco presenta soluciones. No llama al mundo social que puede representar a la comunidad más golpeada por el virus, me refiero a los trabajadores, a las organizaciones de Juntas de Vecinos, a los trabajadores de la salud, a las organizaciones sociales y sindicales. Ese no es interés de Piñera ni del gobierno. Siguen creyendo en un diálogo encapsulado, excluyente del mundo social, y por ese camino hacen que la política errática y criminal que tiene la derecha en salud pública, siga adelante con consecuencias tan trágicas. Me refiero a trágica desde el punto de vista sanitario, de salud mental con una población en zozobra, con estrés, y trágica socialmente.

Desde la derecha, desde el gobierno, se dice que sectores como el Partido Comunista, otros partidos de izquierda, incluso del Frente Amplio, estarían en una posición cerrada, rígida, de no querer sumarse a colaborar.

Es un recurso socorrido de manipulación para eludir la responsabilidad propia que le cabe al gobierno y a la derecha. Es impresentable, ante los ojos de cualquier persona seria, que las consecuencias que tiene la pandemia ante decisiones tan erráticas como la vuelta a clase o que volvieran a trabajar los empleados públicos, o abrir unos mall, o la “nueva normalidad”, se le quiera atribuir a un partido político. Que se le quiera atribuir a un partido las protestas de la gente que sale porque tiene hambre o porque no le llega la ayuda. Cuando estaba el estallido social y la movilización de millones de personas, se recurrió a un supuesto peligro de golpe de Estado para llamar desde la derecha a un acuerdo. Ahora se recurre al peligro de una guerra contra un enemigo invisible, que es el lenguaje del Presidente. Se descalifica sola esa versión de que los comunistas y otros sectores no queramos ser parte de una misma política errática que viene sosteniendo el gobierno de forma monocorde y autoritaria.

Se dice que ustedes no van al acuerdo pero tampoco hacen propuestas.

De nuevo diría que hay una manipulación anticomunista. Algunos lo aplauden porque le afecta al Partido Comunista, pero aconsejaría leer aquel poema de Bertolt Brecht de que no les importaba que se llevaran a los comunistas, hasta que se los llevaron a ellos. Algunos compran esa campaña. Pero veamos cosas concretas. Somos parte de Unidad para el Cambio, y esa articulación política, antes de que se entrara en momentos muy difíciles, en marzo, entregó una propuesta con medidas sanitarias, económicas y sociales, perfectamente viables, al Presidente Piñera. Fuimos y somos parte de promover la prevención por una cuarentena total o muy amplia, sabiendo que esa cuarentena tiene costos, y son que muchas familias que quedan sin ingresos, todos los que trabajan informalmente, sobre todo, y planteamos el ingreso básico de emergencia para esa gente. Planteamos que ese apoyo estuviera por sobre la línea de la pobreza, es decir, superior a 400 mil pesos mensuales. Eso resolvía las provisiones alimentarias, sanitarias y no tener que salir a la calle. Esa propuesta requería financiamiento y dimos dos o tres soluciones. Una importante, y que sigue vigente, que la recogimos desde la CUT (Central Unitaria de Trabajadores), es el impuesto a los súper ricos, es decir, al 1% de toda la población, marcándoles un impuesto del 2.5% sobre su riqueza, que no los empobrece ni los deja fuera de la lista de los más ricos de Chile y de América Latina. Y eso provocaría un ingreso al Fisco que resuelve problemas de este tiempo. También planteamos disponer de las utilidades de las AFP, no de los fondos de los trabajadores y sus ahorros, ni de los millonarios salarios de los gerentes, sino de las utilidades que son producto del dinero que ponen los trabajadores, para que se usen para enfrentar la pandemia. También reasignar el presupuesto de Defensa; Chile tiene el promedio más alto de gasto en Defensa de todos los países de América Latina, el promedio más alto de gasto militar en relación a nuestros vecinos, Chile tiene una lista de escándalos de corrupción de Carabineros y las Fuerzas Armadas con una pérdida tremenda de dinero. Planteamos, entonces, que se reasignen platas de Defensa, que además tiene un fondo que ahora se podría ocupar, al menos una parte, para gastos en Salud. Ahí tiene propuestas concretas. A parte de que compartimos lo señalado por economistas de que el Estado puede asumir un endeudamiento acotado en el exterior, usar ciertos fondos, hacer uso de recursos que existen. Planteamos lo de las cuarentenas, el destinar recursos a la protección del personal de salud, que tuvieran turnos quince por quince, con dos semanas de trabajo dos de descanso para tener el espacio de prevención, planteamos en su momento que no se debía sostener lo de “nueva normalidad” y “retorno seguro”. Dijimos que había plata para gastar más en el monto del Ingreso Familiar de Emergencia. Pero nada de esto se escucha ni se considera de parte del gobierno. Elaboramos una extensa propuesta económica, tenemos diversas iniciativas en el Parlamento, es cosa que quienes se interesen, empezando por el gobierno, las lean. Y la respuesta del gobierno es que los comunistas no hacen propuestas. Esa es una falsedad absoluta, es un uso abusivo del control mediático que tiene la derecha, el gobierno y los grandes empresarios. Lo que pasa es que los comunistas se atreven a hacer propuestas que tocan los intereses de los privilegiados, los multimillonarios, los súper ricos, y eso les molesta.

Durante el estallido social hubo sectores de la oposición que firmaron un acuerdo con la derecha y el gobierno. Ahora también sectores de la oposición se abrieron a firmar este acuerdo que busca Piñera. ¿Esto acentuaría los problemas que hay dentro de las fuerzas opositoras? ¿Al final se ratificaría que hay dos o más oposiciones?

Eso último es lo primero con valor político sobre lo que debemos tomar nota. No hay una sola oposición. No tiene que ver solo con la expresión lógica de corrientes, de partidos, de ideas, sino porque hay una oposición que quiere construir, junto a los afectados por las políticas de derecha y del gobierno, alternativas; y hay otros que piensan en cómo entregarle oxígeno al gobierno para que siga llevando adelante políticas económicas y sanitarias que afectan a las mayorías. Porque el gobierno ha desarrollado políticas antipopulares, antidemocráticas, inhumanas, con falta de sensibilidad social. Frente a eso, en la oposición hay diferencias respecto a convocatorias y subordinaciones de la política imperante desde el gobierno.