Por El Siglo / 24/09/2021
La fundadora de Mori-Chile y directora de Latinobarómetro, experta en procesos electorales, hizo sentencia pos debate: “Boric mantuvo su posición. Kast se ganó derecho a competir por el segundo lugar. Sichel no se entiende dónde está parado. Provoste salió de las tinieblas”. De paso criticó el formato de los debates en Chile: “Hay un rayado de cancha que le quita libertad a los candidatos, los limitan, los parcializan”. Para la socióloga, economista y articulista, sólo hay cuatro presidenciables y no siete como está en la papeleta, y sostuvo que un gran desafío es cómo asumir una comunicación política que está al debe. Apuntó que para los candidatos la manera de activar electorado es informar e instalar valores más que políticas públicas, y advirtió que “en esta elección se informa poco. Cuando se informa poco, vota poca gente”. Planteó que ganará más sufragios quien se salga de la agenda impuesta, “de esta cuadratura con temas predefinidos, como en los debates” y que “Boric es el único que se sale de la caja de la agenda, todos los otros candidatos pertenecen a lo que ya conocemos”. Indicó que “las campañas tienen una tensión en no saber qué tiene más efecto, si los medios de comunicación, si las redes sociales, o la calle”. En entrevista se metió de lleno a aproximaciones de este proceso de donde saldrá, el 21 de noviembre próximo, la o el Presidente o los dos que pasarán a segunda vuelta en diciembre.
Hugo Guzmán. Periodista. Santiago. 24/09/2021. ¿Le gustó el primer debate presidencial?
Mira, he visto muchos debates. Estuve en más de 30 misiones de observación de elecciones, he ido a unas seis elecciones presidenciales en Estados Unidos, he estado en elecciones en países de América Latina, entonces tengo mucha comparativa. Y encuentro que los debates en Chile tienen un patrón -de los canales de televisión- que al final define el debate. Lo que uno ve en Estados Unidos o en Europa, es que el debate lo definen los candidatos, no los periodistas. Aquí hay un rayado de cancha que les quita libertad a los candidatos, no se pueden mostrar como son.
¿Los encajonan mucho?
Los limitan, los parcializan. No les permiten tratar todos los temas. Por ejemplo, que antes del debate se sepa qué temas no van a salir, me parece un error garrafal. Además, los temas del debate presidencial no son sobre el futuro de Chile, sino de la coyuntura. Mira lo que pasó el miércoles, fue el cuarto retiro (desde las AFP), cuánto debe ser la pensión solidaria, alguna iniciativa del Parlamento, temas de coyuntura. Y el objetivo de un debate presidencial es saber qué hará el presidente en el futuro. Aquí el debate es tratar de matar al candidato en la coyuntura. No hay un rayado de cancha del largo plazo, no hay definiciones valóricas de largo plazo.
¿Eso impide que se conozca bien el pensamiento del posible nuevo presidente?
Eso impide que se conozca bien a la persona. Porque hay una tendencia a la preparación en función de la política pública, y la presidencia no es política pública, esencialmente, la presidencia son valores. En los grandes debates que he visto, lo que les hace perder o ganar a los candidatos son lo valores, no la política pública. En este caso, no trasuntan los valores, entonces lo que vemos es la preparación de los candidatos, si manejan o no los temas, si saben o no de economía. Como si los presidentes tuvieran que dominar todos los temas y mira, Sebastián Piñera domina todos los temas y es el peor presidente de toda la historia.
Bueno, pero este primer debate estuvo bien. (Gabriel) Boric mantuvo su posición, no cometió ningún error, claramente está lejos del resto. Creo que los tres siguientes comenzarán a competir parejos por el segundo lugar. (José Antonio) Kast se ganó el derecho a competir por el segundo lugar. (Sebastián) Sichel no se entiende dónde está parado. Yasna Provoste salió de las tinieblas. Se niveló la cancha para estos tres candidatos. Aunque Sichel bajó de nivel, hace dos o tres semanas estaba a nivel de Boric, y ahora está compitiendo con Provoste y Kast. A Provoste la critican, otros que dicen que va bien. Kast se mostró como representante de la derecha, creo que los votantes de derecha van a votar por Kast y no por Sichel, porque no se entiende a Sichel, está tratando de hacer algo que no se sabe lo que es. En esa perspectiva, Boric gana, gana, gana.
¿Qué le significa que haya siete candidatos a la presidencia?
Creo que hay cuatro candidatos a la presidencia. Hay tres que están ahí por motivos menos claros, de carrera política personal. No se entiende mucho qué hace (Eduardo) Artés ahí, a pesar de que en el debate estuvo bastante bien, también salió de las tinieblas, él no está en un movimiento continuo, entre elección y elección no pasa nada con Artés, porque desaparece, no tiene continuidad. El caso de Meo (Marco Enríquez-Ominami), que entra y sale, no se sabe si es director de cine o es político, tiene como cinco vidas, y hay una contradicción intrínseca en lo que dice, porque habla de la unidad, pero claramente perjudica a la unidad, quita votos para llegar al poder. No se explica mucho su posición, porque no llegará nunca al 10%, se mantendrá en un porcentaje bajo, aunque tiene un corazón de seguidores que están con él, pero eso no justifica que esté ahí. Franco Parisi también tiene un grupo de seguidores, él apela a ese grupito. Una periodista en televisión me dijo, Parisi tiene seguidores, y sí, tiene un grupito, y en muchas partes hay quienes tienen muchos seguidores, pero eso no te transforma en candidato.
¿Y cómo mira aquello que de que Enríquez-Ominami le quita votos a Provoste, que Kast le resta a Sichel, que Boric capta a militantes socialistas…?
Mira, hay ocho millones de chilenos que no votan. Lo que pasa en elección en elección, es que votan distintas personas, nadie le quita un voto a alguien, sino que cada candidato activa votos, los saca del gran saco de 15 millones de votantes, logra activar electores, los convence de levantarse para ir a votar. Nadie le quita votos a nadie. En La Pintana, para el plebiscito, votó el 50% y en la última elección votó el 17%; lo que cambia son las personas que votan, por qué votan. Entonces, el punto es cuántas personas logras activar para que voten y el motivo para que voten. ¿Qué hizo Boric? Activó a sus votantes, no aumentó la participación electoral con Boric, él activó a sus votantes, no activó a los votantes del otro. Llama a sus votantes a votar y consigue un millón de votos. Eso pasará en esta presidencial. Meo activará a su grupo de votantes, que si no votan por él, no irán a votar. Una gran pregunta hoy es dónde están los votos de la ex Concertación, que tuvo varias presidencias, porque se dice que se van votos a Boric, y pueden irse dos o tres, pero hoy más que nunca el voto le pertenece al elector, esa es la gran diferencia que se produce después del estallido social.
Eso tiene que ver con lo que mencionaba respecto a los contenidos de los debates y cómo los candidatos se dan a conocer…
La manera de activar es informar. Y en esta elección se informa poco. Cuando se informa poco, vota poca gente. Me parece que falta el estudio serio sobre la gente que no vota. Después de la encuesta Cep (Centro de Estudios Públicos) salieron unos titulares increíbles, de antología de la historia de la sociología electoral, que decían que el 65% de los chilenos no saben por quién votar, que la elección está abierta.
Se instaló en titulares que la elección está líquida, el fantasma del abstencionismo…
Pero te das cuenta de decir algo más estúpido que eso, cuando el 50% no vota, y lo llevas a un 65% con los que no saben por quién van a votar, y te queda entonces un 15%…Entonces esta elección está bastante corrida. Lo que pasa es que no se está calculando bien quiénes votan y quiénes no votan. Porque hay gente que dice en una encuesta que vota por alguien, pero de ese grupo habrá gente que al final no irá a votar. Hay una distorsión de lo que se está diciendo.
Ahora, a los electores les importa un bledo lo que se está diciendo, porque ellos no miran la agenda, no se rigen por lo que dicen los canales de televisión, ni por los medios de comunicación, ni por los debates. Hace mucho rato que no es así. Si no, no habría ocurrido lo que ocurrió en la elección pasada del 15 y 16 de mayo (convencionales, gobernadores y municipales). ¿Esos resultados fueron porque lo dijo la agenda? No, la agenda no tuvo idea de lo que pasó en mayo. La gente hizo lo que hizo, votó como votó, al margen de lo que decía la agenda. Esa agenda informativa dejó de interpretar lo que piensa la gente. Una agenda que se rige por las cuatro manzanas de Santiago, donde hay una idea particular, artificial, distorsionada, equivocada, de lo que está sucediendo. El voto es de la persona. Y en los temas que motivan a la gente. Mira, se dice que los chilenos están en primer lugar preocupados de las pensiones. Eso es falso. Cuando haces la pregunta abierta, los chilenos lo primero que quieren es dignidad, lo segundo que quieren es buen trato, y lo tercero que quieren es inclusión. Después viene la política pública. Pero cuando haces la lista o la consulta cerrada, entonces claro que las pensiones quedan primero, porque dignidad e inclusión no están en la lista. Así se van construyendo realidades artificiales, parciales. Terminamos hablando de algo que no es lo que la gente tiene en mente y por eso sucede un 18 de octubre (revuelta social).
En esa línea suya, los candidatos presidenciales deberían concentrarse en activar a su propio electorado.
Es lo que está haciendo Gabriel Boric. Cuando tú le preguntas a los dirigentes de Boric si van a ir por el centro, por el electorado de más allá, te dicen que no, que quieren convencer a los chilenos que voten por Boric. En eso busca activar, por cierto, a su electorado.
En esto entra el punto de los temas a abordar, de nichos temáticos…
Es un error dejar al lado ciertos temas. Si hoy dejas de lado el medio ambiente, vas a perder una tonelada de votos. Si se dejan temas importantes para la gente en tercer lugar, se pierden votos. Creo que gana más votos el que se sale más de la agenda, de esta cuadratura con temas predefinidos, como en los debates, y hay montón de temas que no están en la agenda.
No están en la agenda los derechos políticos, que es esencial, es lo que define la democracia. Hay mil 200 candidatos de los cuales muchos todavía no se sabe si podrán ser candidatos y nadie ha levantado la voz por ellos. Desde la derecha u otras partes dicen, “se les olvidó hacer el click” en el trámite, así que chao. Es una lucha administrativa de poder, por dejar afuera a la mayoría de los candidatos. Y nadie habla de ese derecho político. No se pronuncian las palabras derecho político. Derecho real al voto, que la gente vote en mesas que queden más cerca de su casa, que el bus sea gratis, que haya información, todo eso son derechos políticos. Cuando tú le preguntas a alguna gente por qué no vota, te dicen que la mesa de votación le queda muy lejos, que el gasto de transporte le afecta, que no tuvo buen acceso a la información. Mucha gente no llega a votar por motivos logísticos, y eso es un derecho político.
Otro punto, es el derecho a competir. Cómo es posible que el Servel (Servicio Electoral), elimine candidatos por problemas administrativos, que tengamos una ley miope, que cuando se necesita pluralidad se eliminan candidatos por problemas administrativos. Este es un sistema que no tiene cerebro, que deja competir a los corruptos, a los deshonestos, a los locos, y a la gente decente, normal, no la deja competir porque no hicieron el click. Tenemos un sistema, como dicen los jóvenes, que no cacha, que se necesita abrir, competir, equiparar.
Lo que hace el sistema político es defenderse, en su totalidad se autodefiende. El Tribunal Constitucional no saca una resolución o se demora, el Servel le echa la culpa, dice que es muy tarde para hacer las cosas, prioriza por el click, y siguen con normas que viene del siglo pasado, no se ha cambiado. Y les echan la culpa a los candidatos por el click, y ellos no hacen el click de que estamos en otro siglo, en la era digital, no actualizan las cosas.
Estamos en medio de un proceso constituyente, tenemos el saldo de la revuelta social de 2019, hay una crisis institucional, se insiste en frases como dejar atrás “la vieja política”, ¿cree que estas candidaturas presidenciales están dando cuenta de todas esas realidades?
Es una muy buena pregunta, porque otro de los problemas del formato de los debates y de la agenda, es que da la impresión de que la Convención Constitucional es una especie de satélite, que el proceso constituyente no está conectado con la elección presidencial. Me llamó profundamente la atención que en el debate no se pronunciara la palabra nueva Constitución, no se hablara de los cambios que vendrán con el proceso constituyente, como si eso no fuera a suceder. Hay una competencia de quienes están por las viejas reglas, que no dan cuenta de que estamos viviendo el fin de una época, y como que nadie estira la mano hacia el futuro y dice algo sobre la nueva Constitución. Hay que considerar que el nuevo presidente va a tener que promulgar la nueva Constitución, y nadie lo ha dicho en esta carrera presidencial, nadie. ¿Es porque hay dudas, creen que la van a rechazar en el plebiscito de salida, es porque no se atreven a decirlo, no saben cómo decirlo, no tienen idea de lo que va a pasar? Llama la atención. Puede suceder, es un escenario, que la gente esté pensando en la nueva Constitución y considere, por primera vez, que la elección presidencial es menos importante que lo otro. Hasta el momento, la elección presidencial ha sido lo más importante en política, eso lo sabemos. La nueva Constitución pone una valla más alta que la presidencia, porque se supone que transforma la presidencia, que transforma el poder, y algo va a suceder, mucho o poco, pero algo va a suceder. Ahora, creo que no habrá un rechazo a la nueva Constitución, pondría mis manos al fuego por eso, a pesar de que lo van a intentar, y resulta que ningún candidato presidencial habla de eso.
Me parece paradojal que no estemos discutiendo el futuro de Chile. Por qué en el debate se estuvo discutiendo tanto el cuarto retiro y no el Chile del futuro que viene con la nueva Constitución y que, además, deberá promulgarla el presidente que sea electo. ¿Cuál es el motivo que ese haya sido el rayado de cancha en el debate? Me parece más interesante para los electores discutir qué haremos con la nueva Constitución y el futuro que viene en el país, cuáles son las posibilidades que tenemos. El cuarto retiro es pasado. Hace rato hablamos de los derechos políticos, bueno, si en el futuro el sistema político no admite la pluralidad, la competencia, eso será un problema.
¿Por qué tanta gente no vota? Me van a matar por decirlo, pero a excepción de Boric, que es el único que se sale de la caja de la agenda, todos los otros candidatos pertenecen a lo que ya conocemos. ¿Dónde está lo nuevo? La Lista del Pueblo fue un fracaso, fue un desastre, nunca fue lo que se creyó que era, era un lindo nombre pero no tenía estructura, no tenía liderazgo, no tenía organización. Pero aparte de eso, se demostró que afuera de esa agenda existe una pluralidad con nueva gente, con nuevos fines políticos, organizado, con metas distintas. Ese es el Chile que desconocemos y que está en esos siete millones de personas que no van a votar. Que en esta elección pueda votar menos gente que en otras elecciones, no es algo menor. Si los candidatos siguen discutiendo de la coyuntura, y no hablan del futuro, de valores, todos los que están esperando el futuro, no van a votar.
En esa línea suya, los candidatos no están respondiendo a realidades del país, a los cambios.
No me gustan esas conclusiones genéricas. No porque a lo mejor no sean ciertas, sino porque no tienen contenidos. Lo que pasa es que hay palabras que dejaron de comunicar. Mira, Elisa Loncón (presidenta de la Convención Constitucional) tiene un dominio del lenguaje que comunica, formula las cosas con contenidos, con palabras precisas, que no son las de titulares, y que le dan sentido a la frase. Todo lo que tiene relación genérica con los cambios, ha perdido contenido. Si hoy hacemos una encuesta y preguntamos de los cambios, la inmensa mayoría quiere cambios, menos un diez o un quince por ciento. Ahora, son los contenidos del cambio lo que tiene sentido. Hay unos que quieren cambios radicales, otros quieren cambios graduales, y hay otros que quieren cambiecitos no más. Resumirlo en que si los candidatos responden o no, lo transforma en una cuestión híbrida que no tiene contenido. Porque el problema al final de cuentas es que hay un Chile desconocido, que tiene que ver con todo lo que conversamos ahora. Por eso es que Boric va ganando. Es muy difícil que le ganen a Boric porque él es lo más parecido al Chile desconocido que existe. Los otros tres, son el Chile conocido. Boric es lo que más se acerca a lo no conocido, él sale desde afuera, aunque se transforma en elite, eso pasa siempre, pero es lo más conocido a lo que no conocemos, a ese Chile desconocido.
Ahora, si no se conoce y reconoce a esos siete millones, ocho millones que no votan, no vamos a tener paz social, no vamos a tener un Chile totalmente democrático y soberano. Entonces, en esta carrera presidencial hay una equivocación central, que es no ver ese Chile desconocido, a esos millones que no votan. En eso se inscribe el no respeto a los derechos políticos, que los acaba de truncar el Tribunal Constitucional no pasando la normativa para avanzar, aunque sea un poco, en dispersar los locales de votación, y los acaba de truncar el Parlamento atrasándose en votar la ley de voto obligatorio para que vote la mayor cantidad de gente. Bueno, la derecha no lo quiere hacer porque le aterra el voto de la gente, le aterra la soberanía, le tiene susto al chileno, y quiere mantener las cosas entre unos pocos. Cómo dejamos que sean todos los que decidan y no unos pocos. Eso no está sucediendo, y el debate que hubo no contribuyó a que eso suceda.
Hablando de informarse de la candidata y los candidatos, de activar al electorado, ¿cómo ve los instrumentos? Las redes sociales, la propaganda más tradicional, el papel de la prensa, el trabajo en las calles.
Cuando empezaron a votar los analfabetos con la reforma del ’71 -mi padre era ministro de Justicia y le tocó promulgar esa reforma-, empezaron las campañas con fotos, porque los analfabetos no sabían leer los nombres, así que se pusieron fotos. Estamos años luz de política y muchos años de calendario, y seguimos con las fotos en la calle.
Chile es uno de los países más desconfiados de América Latina. Vamos a publicar en octubre, en The Economist, el estudio de Latinobarómetro que dice que solamente el 12% de los chilenos tiene confianza en el otro, en el otro chileno. Es decir, hay un 88% de chilenos que no tiene confianza en el otro. ¿Te puedes imaginar lo difícil que es comunicar un nombre, una persona, a un chileno, si el nivel de desconfianza en ese? Ahora, la foto no es importante en el quiebre, en el hielo entre los chilenos. Lo importante es la congruencia, son los valores, el votante vota por valores, no vota por cuantos carabineros se pondrán, o cuantos carros lanza agua comprará o no un Gobierno. ¿Cuáles son los valores que se trasuntan en los candidatos? Dime tú…Por eso tenemos problemas en las comunicaciones, tenemos una tranca en la comunicación, porque no estamos comunicando de tal manera de quebrar esas condiciones que tenemos los chilenos, que las conocemos hace mucho tiempo, porque los datos están hace años, pero los miran y siguen igual. No hay una comprensión en lo que implica no confiar en el otro, nadie confía en nadie. Es una maravilla que la mayoría diga que tiene confianza en la Convención Constitucional, porque solo hay un 12% de chilenos que dice que confía en los chilenos.
Entonces, ahí viene lo que preguntas, cómo nos comunicamos. Están las redes sociales, y tengo una opinión muy disidente, creo que valen naranjo. Dos millones de personas que participan activamente en redes sociales -te regalo tres millones-, que son, además, los votantes de siempre. Y muchos de ellos que no votan. Hay un resto, de varios millones, que necesitan que le comuniquen y le comuniquen bien. Inclusive los de las redes necesitan que le comuniquen bien. Están los instrumentos, sí, pero para comunicar bien necesitas entregar valores. Eso no está pasando. Y necesitas comunicar bien, que la gente reciba una buena comunicación.
¿Por qué (Daniel) Jadue perdió? Ahí tienes un ejemplo muy simple que puede explicar la comunicación política. Por supuesto que tuvo posibilidades, si la primaria hubiera sido un mes antes, unas semanas antes, gana Jadue. Jadue perdió la elección en el último mes. Porque comunicó mal carácter, comunicó un valor central que fue su carácter, no tiene nada que ver con la política, lo que él haya dicho no fue lo central, fue cómo lo dijo. Entonces mucha gente dijo, bueno, un “gallo” pesado, de mal carácter, no voto por él, independiente de sus políticas, que pudieron ser buenas políticas. Eso te puede definir una elección o definir a los votantes. Boric no jugó ese juego. Y por qué ahora Boric se ha contenido -me parece que fue brillante como se contuvo en el debate-, porque comprende que un político no pisa todos los palitos, tiene su agenda clara para dónde va, no lo sacan de eso y no actúa o se define a partir de lo que le dicen o lo presionan los otros. Eso es un valor central de la comunicación política. Es cierto que en Twitter le sacaron la mugre, pero es irrelevante, le preocupa a las cuatro manzanas de Santiago. Lo importante es que Boric mostró que es un tipo que sabe para donde va, en varios puntos y ocasiones lo demostró, te aseguro que la suma eso tiene impacto.
Instalar una comunicación clara y propia.
Claro, la comunicación política no consiste en las grandes declaraciones, sino en la forma en que comunicas, el momento, el tono, la suma de todo. Hay candidatos presidenciales que perdieron elecciones por no medir el momento, no comunicar bien. Cuando (José Luis) Rodríguez Zapatero ganó la elección en España, fue cuando José María Aznar, que era el presidente, se demoró 40 minutos en llegar a la estación de Atocha, donde había ocurrido un ataque terrorista, y además dio una mala información, y (Mariano) Rajoy que era el candidato de Aznar, de la derecha, perdió la elección por eso. Se demoró 40 minutos en llegar y comunicó mal. Zapatero estaba abajo en las encuestas, iba a perder. ¿Y qué dijo la gente? Que Aznar no entendió lo que había pasado, se equivocó con lo que había pasado, y chao, su sector perdió la elección. Eso es un valor. Si sucede algo extraordinario, algo muy sensible para la gente, para sus valores, y reaccionas mal ante eso, chao, perderás. Hay millones de ejemplos de eso. La gente también rechaza los “gatos escondidos” y podemos seguir con los ejemplos.
Eso no se ha comprendido aquí en Chile, la crítica que hay a la política está basada justamente en que el elector, sin saber expresarlo porque no es analista ni sociólogo político, dice que está harto de la política pública, harto de una forma de comunicar, porque nada de eso lo ha sacado de donde está. Hay un agotamiento, porque la gente recibe y recibe una comunicación pero sigue estando donde está. La gente quiere cambio, pero cambios reales, que cambie su situación, y quieren otra comunicación. Una mujer que vive en La Pintana me decía que logró agrandar su casa, se compró un auto, su hija entró a la Universidad, todo lo que le pasa a la gente en Chile, entonces yo le dije, pero por qué no está contenta, y ella me dijo “porque yo sigo donde mismo”. Eso no se comprende, el argumento de la derecha es “pero qué más quiere”, y tratan a la gente como un niño que tiene todos los juguetes, pero no está contento, y es que algo de fondo no está.
Pero bueno, tú me mencionabas titulares por la encuesta Cep, y hacías referencia a lo que sale en la prensa, y en realidad no hay una mentira, no hay algo distorsionado, pero no dice lo que realmente sucede. Yo no soy experta en comunicación, tú eres el periodista, así que ustedes verán, ahí queda el desafío sobre la comunicación.
Ahora, las campañas tienen una tensión en no saber qué tiene más efecto, si los medios de comunicación, si las redes sociales, o la calle. El que exista esa tensión entre esos tres modos, demuestra que estamos frente a los monstruos de (Antonio) Gramci, que se presentan cuando estamos al final de la época y al inicio de otra, y esos monstruos salen.
Mira, esta elección presidencial va a ser muy parecida a la de 2017, sobre todo en cuanto a los candidatos, con la excepción de Boric que se sale de la caja de la agenda, se sale lo más que puede en este escenario antiguo.